No pensaba escribiros tan pronto, con el blog todavía a medias por construir, pero me ha llegado un regalo muy especial de una muy buena amiga desde Croacia, más en concreto, de la Isla de Brac. Allí, las aguas son cristalinas, el turismo masivo no está muy explotado y todavía puedes soñar con mirarte los pies y la posibilidad de ver peces de colores caleidoscópicos. Tengo muchas ganas de conocer esa parte del Adriático.
Son unos pendientes de concha, de color rosa pastel, que van muchísimo conmigo y con el veranito que estamos dejando atrás. Como hoy hace un día muy bueno, he aprovechado para estrenarlos. Muy pocas veces me veréis con este tipo de pendientes, porque no suelo llevarlos tipo colgante, pero estos quedan muy bien, y he aprovechado para hacerme unas fotos con ellos.
Espero que tengáis una feliz tarde!
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